Cogemos 2 patatas, las lavamos y las pelamos. Las cortamos por la mitad y las dos mitades que nos salen de cada patata las volvemos a cortar por la mitad, obteniendo 4 trozos de la patata. De esos cuartos que nos han salido cortamos unas finas patatas de 1cm de grosor.
Calentamos el aceite en una sartén, pochamos las patatas y las reservamos en un bol, en el mismo aceite freímos 2 huevos, sin que llegue a cuajarse la yema y que la clara esté blanquita. Una vez lo tengamos lo echamos en el bol de las patatas y los rompemos con una espátula.
Cuando estén los huevos rotos y mezclados con las patatas los ponemos en un plato, les echamos por encima unas virutas de jamón, un chorrillo de aceite de trufa blanca y el foie, que podemos marcarlo a la plancha y echarlo por encima, o lo congelamos en crudo para después rallarlo.