1 conejo
1 cebolla
1 puerro
1 rama de apio, perejil, tomillo y hierbabuena
Laurel y pimentón dulce
1 tomate
arroz
200 grs de marzuelos
1/2 vaso de vino blanco
Aceite y sal
Hacemos un caldo de conejo con la cabeza y los trozos de carne que desechemos al trocearlo, el casco más externo de la cebolla, lo verde del puerro, apio, laurel, hierbabuena, una rama de perejil y una pizca de sal.
Adobamos el conejo troceado con tomillo, hierbabuena, sal, pimienta y un chorrito de aceite y lo dejamos durante 2 horas. Después freímos los trozos de conejo en una sartén hasta que estén bien dorados.
Pochamos en una sartén amplia la cebolla y el puerro bien picaditos y añadimos la carne del conejo a la que habremos quitado los huesos, dejando las patitas como únicos trozos sin deshuesar, el tomate rallado, una ramita de apio picada pequeñita y los marzuelos picados groseramente. Lo dejamos hacer unos 5 minutos.
Incorporamos el arroz a la sartén, le damos unas vueltas, echamos el pimentón y el vino blanco y dejamos reducir a seco.
Añadimos el caldo (3 veces la cantidad de arroz), removemos todo bien y dejamos hacer unos 20 minutos a fuego medio hasta que el arroz esté en su punto. Removeremos el contenido de la sartén cada 3 o 4 minutos.
Decorar con una ramita de apio y unas hojas de hierbabuena.